Los gatos son animales maravillosos y realmente sorprendentes. Nos atrae su lado más felino, esa capacidad de seguir siendo ellos mismos a pesar de tantos años de domesticación ¿o nos han domesticado ellos tanto o más que nosotros?Un estudio reciente realizado por la Universidad de Susex ha desvelado que los gatos maullan para conseguir nuestra atención.
La doctora Karen McComb, empezó observando en casa a su propio gato, Pepo. De ahí partió la idea del estudio que ha demostrado que los gatos usan un ronroneo pedigüeño para conseguir nuestras atenciones.
Además, cuando un gato quiere algo, emite un grito similar al de los bebés que a los humanos nos resulta muy difícil de ignorar. Este hecho se da especialmente en gatos que tienen una estrecha relación con sus dueños.
Manipuladores, misteriosos, individualistas... su felinidad no deja de atraernos.




En la fotografía, arriba, gallo joven de raza destinada a la producción de carne cantando el característico kikirikíííííííííí. Para ello llenan bien los pulmones sacando pecho y arquean el cuello en el momento de soltar el aire. Abajo, otra raza de tamaño pequeño y formas más estilizadas. En mi tierra natal, Asturias, se les conoce como quicos.
En la foto vemos a una quica, gallina de pequeño tamaño, con su quiquín.
En la fotografía una nidada de patos mudos de pocos días de vida. A una edad tan temprana no se diferencian mucho de los patos clásicos, salvo en la forma del pico. Abajo, pata muda adulta con 9 patitos jóvenes.

En la fotografía Buitriño un pollo adulto, junto a un pollito de pocos días, ambos de cuello pelado. Debajo el mismo pollito visto más de cerca.